Columna de opinion

EL REGRESO DE PERÓN, QUE DEBIÓ ACONTECER

Perón no debía retornar en noviembre de 1972, ya era tarde para la Argentina. Y él lo intuía. El inicio de la década del ’70 precipitó muchos acontecimientos, tal es así que podemos manifestar que el S.XX alcanzaba su frontera. La última semana de febrero de 1972 cambiaría al mundo.

Algunos testigos afirman que el Gral. Perón quería llegar a la Argentina un año antes. El Gral. Aramburu ya asumía como error el golpe de estado del ’55 y el largo exilio del ex presidente. Los extremos se tocan, por fin. Aramburu y Perón se reúnen en Francia, entre ellos existía una apresurada como constante comunicación epistolar.

Perón debía regresar, era el acuerdo entre ambos militares. ¿Qué fue lo que sucedió para que este hecho fuese posible?

China y Estados Unidos llegan a un acuerdo, a espaldas de Moscú (había cortado relaciones con Pekín) en febrero del ’72. El enemigo de mi enemigo es mi amigo, pensaría Nixon y lo lleva a reunirse con Mao. Y fue una decisión clave como estratégica para Occidente, porque el poder político soviético ya no avanzaría hacia el resto de Asia, como tampoco hacia el oeste europeo. Está encerrada. No hay más espacio para conquistar, solo queda Hispanoamérica. China es el “tapón” asiático ante el imperialismo soviético y el gobierno americano ayudaría económica y militarmente al régimen chino para que así sucediese.

El “Gran Salto Adelante” de Mao de los ‘60 termina en una experiencia desastrosa. Millones de chinos mueren de hambre, registrándose cientos de casos de canibalismo humano. La reforma cultural impulsada, donde los intelectuales y pensadores son perseguidos y asesinados, contribuye a profundizar la crisis. Con la muerte de Mao se da por terminada toda esta etapa para dar nacimiento, con Deng Xiaoping, al sistema socialista de mercado chino o socialismo con característica china donde “el tiempo es dinero, la eficiencia es la vida”.

Henry Kissinger se reúne con Mao en julio de 1971 en Pekin y acuerdan la cumbre Mao-Nixon, y le referirá al pueblo norteamericano que “los estadounidenses no tienen que estar de acuerdo con el análisis chino para comprender que darle lecciones a un país con una historia de milenios sobre su necesidad de ‘madurar’ puede resultar innecesariamente molesto”. Se está preparando al “mundo libre” que a China no se la debe juzgar con la escala de valores occidentales, mientras las empresas americanas y británicas se van instalando en “suelo comunista”. En 1973 David Rockefeller, describe al régimen de terror del Presidente Mao como “uno de los más importantes y exitosos en la historia humana”. Creía que Mao había tenido éxito en fomentar un propósito altamente moral y común en China (The New York Times, 10 de agosto, 1973).

La Unión Soviética es un animal herido y arrinconado. Necesita de espacio económico y “países satélites” subordinados a sus intereses. Cae Cuba, ahora irían por el resto del continente hispanoamericano. Sin embargo, esta nueva relación Chino-USA preocupa a los soviéticos, que acusa a China de “falta de realismo”.

La ruptura chino-soviética (1960-1962) había modificado la situación al respecto pues la República Popular China no sólo rechazaba la tutela ideológica soviética, sino que insistía en presentarse como «verdadero Estado marxista» y negaba tal calidad a la URSS, deviniendo en una lucha ideológica de ambas potencias que se extendió a movimientos comunistas de todo el planeta, ahora divididos en tendencias «pro-soviéticas» o «pro-chinas» del marxismo leninismo. Ante esta división, el gobierno de Nixon planeó el acercamiento diplomático a uno de los rivales ideológicos: China.

Situación ésta que no escapaba a la comprensión del Gral. Perón. Ahora, qué papel jugaría la Argentina en este escenario mundial. Por lo que venía sucediendo en China, el marxismo-leninismo era inviable y, en la URSS, era cuestión de tiempo su caída. Pero mientras tanto, estos países tratarían de extender sus influencias en nuestras tierras.

En la visión estratégica de Perón “en el orden social, los obreros han estado contra sus patrones, sin ninguna ventaja para el país, porque todo lo que es lucha disocia el acuerdo, la armonía. Es así como concebimos una sociedad organizada. No dividimos al país en clases para lanzarlas a la lucha, unas contra otras, sino que aspiramos a su organización.” Este era el objetivo para su regreso en 1971. Organizarnos, alejarnos de las pujas ideológicas marxistas-leninistas que ya estaban derrotadas. Por eso afirmaría luego que “somos lo que dicen nuestras XX Verdades y nuestra Doctrina”, porque entiende que el mundo ya no se dirigía hacia el campo socialista, como afirmara en los ’60.

Lamentablemente, un accidente automovilístico en Capital Federal, donde el oficial de enlace entre Perón y Aramburu fallece y su maletín, con papeles «sensibles», son llevados al Ministerio del Interior. Es ahí donde se descubre la relación entre aquellos dos viejos enemigos. Se ordena llevar a Aramburu detenido (¿Lanusse?), pero fallece de un infarto (todo lo demás es relato, o que lo desmienta Firmenich). Cae Onganía y Lanusse llega al poder. El ánimo de los jóvenes se exacerba. Y Perón regresa ya tarde, donde la cúpula Montonera decide el camino por la “patria socialista” llevando a nuestros hijos a la inmolación.

La soberbia, le necedad, el no querer comprender lo que sucedía, o porque estaba programado así desde las FF.AA., es que nos llevaron a esta tragedia que fueron los ’70 y que hoy continúa con el empobrecimiento de nuestro pueblo (42% de pobres y 10% de indigentes) y la desindustrialización de nuestra Patria.

Luis Gotte

La pequeña trinchera

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