El Papa Francisco insta a alimentar la alegría de la Resurrección durante la Octava de Pascua
En sus saludos después del rezo mariano del Regina Coeli, el Papa Francisco renovó sus augurios pascuales y agradeció a quienes le enviaron mensajes de cercanía y oración. El Pontífice deseó que el don de la paz del Señor Resucitado llegue a las poblaciones devastadas por la guerra, el hambre y cualquier forma de opresión.
El Evangelio del día, según el Papa, muestra la alegría de las mujeres por la resurrección de Jesús, quienes salieron del sepulcro con gran alegría para contarles a los discípulos lo que habían visto. Francisco invitó a todos los fieles a celebrar la alegría de la Resurrección desde el bautismo, encontrando al Resucitado, quien les dice: «¡No teman!».
El Papa alentó a no tener miedo y a no renunciar a la esperanza y la alegría de la Pascua, alimentando la alegría de Jesús, que es el motor de la vida. Esta alegría se alimenta día a día encontrando al Resucitado en la Eucaristía, en su perdón, en la oración y en la caridad vivida.
Francisco destacó la importancia de compartir la alegría de la Resurrección, recordando momentos felices de la vida que deseamos compartir con los demás. La resurrección de Jesús, subrayó el Papa, es una victoria de la vida sobre la muerte, de la esperanza sobre el desánimo, que cambia nuestras vidas por completo y para siempre.
Concluyó que con Jesús, cada día se convierte en la etapa de un viaje eterno, cada «hoy» puede esperar un «mañana», cada final un nuevo comienzo, y cada instante se proyecta más allá de los límites del tiempo, hacia la eternidad.