Argentina y el FMI llegan a un acuerdo de desembolso por USD 7.500 millones en medio de desafíos económicos
En un comunicado conjunto emitido por el Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se anunció la confirmación de un acuerdo que permitirá a Argentina recibir un desembolso de USD 7.500 millones de parte del organismo internacional. Este acuerdo se enmarca en un programa destinado al pago de la deuda y establece ciertas metas que el país deberá cumplir.
Desde el Ministerio de Economía argentino, se detalló que el acuerdo prevé dos desembolsos de USD 7.500 millones, uno en agosto y otro en noviembre, con el fin de respaldar las necesidades de balanza de pagos a corto plazo, incluyendo las obligaciones con el FMI.
Además, el acuerdo contempla que Argentina tenga facultades para intervenir en los mercados y asegurar su normal funcionamiento. También se establecerán operaciones puente para los próximos pagos al FMI con otros organismos multilaterales, lo que permitirá al país continuar con su programa de lucha contra los desembolsos del FMI.
Uno de los puntos clave del acuerdo es la recalibración de las metas de reservas para adecuarlas al impacto de la sequía que afectó significativamente las exportaciones y los ingresos fiscales del país.
El FMI, en su comunicado, afirmó que el acuerdo se logró a nivel técnico entre las autoridades argentinas y el personal técnico del organismo. Sin embargo, se aclaró que el acuerdo está sujeto a la implementación continua de las medidas de políticas acordadas y a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI, que se espera se reúna en la segunda quincena de agosto para dar luz verde al desembolso.
El organismo también señaló que la situación económica de Argentina se ha vuelto muy desafiante debido al impacto mayor de lo previsto de la sequía, lo que ha ocasionado desvíos y retrasos en las políticas del país. En este sentido, se solicitarán dispensas y modificaciones de objetivos clave para fortalecer el programa.
El acuerdo establece medidas en diferentes áreas, como política cambiaria y monetaria, política fiscal y estrategia de financiación, con el objetivo de reconstruir las reservas y mejorar el orden fiscal para asegurar un crecimiento más sostenible, resiliente e inclusivo a mediano plazo.
En el ámbito cambiario y monetario, se busca fortalecer y armonizar el régimen cambiario, utilizar la tasa de crawl para preservar la competitividad y respaldar los objetivos de acumulación de reservas, y mantener las tasas de política monetaria suficientemente positivas para sostener la demanda de pesos y contener la inflación.
En cuanto a la política fiscal, se mantendrá la meta de déficit fiscal primario para 2023 en 1,9 por ciento del PIB, lo que requerirá un mayor endurecimiento de la política fiscal en el segundo semestre del año. Se aplicarán impuestos sobre el acceso a divisas para bienes y servicios importados y se tomarán medidas para movilizar la liquidación de exportaciones para compensar los menores derechos de exportación debido a la sequía.
El acuerdo también destaca la importancia de no depender del financiamiento monetario directo del déficit fiscal y señala que se han realizado canjes voluntarios de deuda que reducirán los riesgos de refinanciación y movilizarán financiamiento interno neto adicional durante el resto del año.
En conclusión, tanto el Gobierno argentino como el FMI expresaron su compromiso de cumplir con las medidas acordadas y trabajar en conjunto para asegurar la estabilidad macroeconómica de Argentina en medio de los desafíos que presenta la sequía como factor central en la actual coyuntura económica. Se espera que la aprobación definitiva del Directorio Ejecutivo del FMI se concrete en la segunda quincena de agosto, lo que permitirá a Argentina acceder a los desembolsos acordados y continuar con su programa de pago de deudas y metas fiscales.